Por David Paz
Nuestra familia proviene de la cultura Aymara y quechua, nuestros fundadores y patriarcas fueron formados por algunos preceptos que regían sus acciones.
El respeto por la pachamama (la madre tierra), el trabajo en equipo, la cooperación entre los vecinos y la justicia (con un corregidor) hacía que la comunidad viva en armonía y progrese en forma armoniosa.
Precisamente hay un concepto que quiero traerlo a nuestra época, a esta etapa que vivimos: el AYNI.
AYNI es una palabra quechua que significa cooperación y solidaridad recíproca. Más que palabra, es una forma de vida de los pueblos originarios; Americanos en general y Andinos en particular, que se manifiesta como relaciones sociales basadas en la ayuda mutua y reciprocidad. Este concepto milenario se convirtió en una forma de desarrollo comunitario en el cual se baso el esquema económico de las regiones altiplánicas de Sudamerica. En nuestro caso esta influencia fue muy notoria en la forma de vida que tenían nuestros progenitores.
Papá al recorrer los recuerdos de su infancia nos describía lo que significaba para él esta forma de vida, en su relato el decía: “teníamos que ayudar a nuestros vecinos en época de siembra o cosecha para que cuando nosotros necesitemos de su ayuda podamos pedirles el apoyo”.
En su caso eso se quebró y los destinó a la pobreza cuando su papá sufrió un accidente y quedó paralítico. Una familia en el campo, donde el jefe de la familia no podía ofrecer el mayor de sus recursos a la comunidad rápidamente era desplazado y olvidado. Es por eso que Papá decidió dejar el campo y buscar días mejores…
El AYNI se convirtió para mi papá una forma de progreso que debía incorporarlo en su familia y fue así que él nos enseñó a trabajar y cooperar en familia, cuando los hijos llegaban, rápidamente los incorporaba a la fuerza laboral. Desde chicos nos enseñaba algún oficio o actividad y cuando era posible nos ponía a generar ingresos, ahí llegó otra de sus máximas: “de la calle sólo conseguirás vicios y vagancia, en la tienda aprenderás un oficio y nunca te faltará el pan” eso nos decía al momento de separarnos de los amigos del barrio que en la juventud te incitaban a los vicios.
Etapas pasaron en la historia de la familia, los hijos se convirtieron en papás y dejamos de usar esas máximas, pensando que le hacíamos un bien a nuestros hijos y creamos otras: “no quiero que mis hijos pasen por lo que pase, así que les daré todo lo que necesiten” era una de ellas y alejamos a nuestros hijos del trabajo, de los ambientes que papá nos enseñó. Algunos, los nietos mayores todavía vivieron una época en la que crecieron en la tienda, participaron en su temprana edad en el desarrollo del negocio, los más jóvenes no tuvieron esa oportunidad y solo disfrutaron del arduo trabajo de las primeras generaciones.
Hoy las cosas están cambiando, estamos viviendo una etapa histórica, se repiten restricciones a la actividad económica que hicieron hace 100 años. No vivimos una época así. Los mayores de la familia ya vivieron épocas de crisis, pasaron por golpes de estado, crisis económicas, crisis políticas y aprendieron a trabajar de esa forma.
La generación que ahora está al mando se preparó con nuevas herramientas, pero nunca afrontamos una crisis como la que tenemos al frente. La buena noticia es que a diferencia de nuestros predecesores, contamos con mas y mejores recursos!
Tenemos reservas que nos permiten seguir adelante, tenemos mayor preparación técnica, hemos cumplido con nuestros acreedores y ellos nos brindan su apoyo!, los trabajadores están dispuestos a apoyarnos para que la empresa siga operando, nuestros clientes confían en la solidez del grupo y principalmente de la familia. Es una gran crisis, pero estamos preparados para afrontarla. No será algo fácil, pero confío en que podremos salir airosos de esta prueba.
El titulo de este articulo sugiere algo muy importante: debemos competir pero a la vez cooperar entre nosotros, solo así podremos salir adelante, nuestras empresas son independientes, tienen sus propios gerentes y de alguna forma tienen cierta libertad para tomar decisiones locales, esto hace que la empresa pueda ser ágil en la toma de decisiones, en algunos caso eso nos permite desarrollar algunas cosas nuevas que las otras empresas tratan de emular, queremos ser los mejores entre las empresas y eso hace que localmente podamos esforzarnos mas. Esta forma de organización es muy útil porque somos competitivos por naturaleza, así lo vivimos todos los años en diciembre, con los juegos familiares que realizamos, todos quieren ganar! se esfuerzan y hacen cosas increíbles! ahora es momento de usar ese entrenamiento y trabajar para dominar el rubro en el país.
Algo que es muy importante es que debemos trabajar en conjunto, no se olviden que estamos en el mismo barco y estamos navegando en aguas turbulentas. TODOS debemos hacer un esfuerzo, algunos más que otros pero todos debemos ponerle el hombro al grupo. Es ahora que debemos recordar de dónde venimos, debemos honrar la memoria de nuestros fundadores que ya no están aquí con hechos, con ese espíritu de unidad que caracteriza a la familia.
Les invito a que se pongan a disposición de los que están al frente de la batalla. Les aseguro que como emprendedores esto lo tenemos en nuestro ADN. No le tengan miedo al trabajo o a emprender, no estamos solos, somos una gran familia y entre nosotros nos apoyaremos para salir de esta y luego liderar la nueva era.
Finalmente quiero recordarles que la gente que sobresale, los EXTRAordinarios hacen casas que otros no están dispuestos a hacer y necesitamos que TODOS los integrantes de la familia busquen un área en la que puedan aportar y lo hagan. Este es su momento.
Esta nueva generación nació para esto: escribir la siguiente pagina gloriosa de la familia, ahora es cuando debemos llegar al siguiente nivel.